[...]aquello era una calamidad, porque es que, figúrese, 250 kilómetros que había de Málaga a Almería, pues era como cuando usted sale de un cine así, en manada, así era la carretera de Málaga a Almería.
Y figúrese cuando venía la aviación a eso, a ametrallar [...] y allí se encontraban niños muertos y, en fin, de todo.
Los padres perdían a los hijos... Yo tenía, por ejemplo, una paisana que llevaba cuatro o cinco hijos y se presentó en Almería con uno. Cuatro se le habían perdido.
Y se ha dado el caso que hasta hace unos años no los ha encontrado, ya casados y todo [...] En la retirada, mi madre siguió para Almería, sabiendo que, pasara lo que pasara, yo iría para Valencia, y la pobre mujer siguió. Mi padre volvió para el pueblo, o sea, que quedaron cortados. Una cuñada mía dio a luz en la carretera...,
en fin, una cosa tremenda.
Extracto del libro DESAPARECIDOS DE LA GUERRA DE ESPAÑA:(1936-?)
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